Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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877
Legislatura: 1878 (Cortes de 1876 a 1879)
Sesión: 6 de julio de 1878
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 98, 2806
Tema: Investigación de la riqueza rústica del territorio

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. SAGASTA: Declaro, Sres. Diputados, que no quise oír al Sr. Presidente del Consejo, ni por consiguiente contestarle, porque creí que no debía guardar la consideración de oír ni de contestar a quien en mi entender había faltado a lo que se debe no sólo entre Diputados, sino entre compañeros en el Parlamento; dispuesto estaba a continuar en el mismo propósito; pero dadas las explicaciones del Sr. Presidente del Consejo, no hay que hablar más de este asunto.

Bueno será, sin embargo, que S. S. sepa que nosotros ni individual ni colectivamente necesitamos más que justicia y que se nos trate con la debida cortesía; que no necesitamos benevolencia. Y por cierto que su señoría hace alarde de la benevolencia que el Gobierno y la situación dispensan al partido constitucional, y no tiene S. S. razón para hacer esos grandes alardes, ni creo, como supone S. S., que ni sus amigos políticos ni la historia han de ser muy severos con S. S. por la exceso de benevolencia que cree dispensarnos. ¿Por ventura si el Gobierno estuviera animado de benevolencia hacia el partido constitucional, es que el partido constitucional no la ha tenido para con la situación? Fácil le era al Gobierno ser benévolo con el partido constitucional; no le era tan fácil al partido constitucional serlo con la situación. No niego que S. S. y los amigos que le rodean, que Dios quiera que le rodeen cuando no esté en ese puesto, han prestado servicios a la Monarquía de D. Alfonso XII; pero ¿es que no los ha prestado grandes el partido constitucional a la situación y a la Monarquía de D. Alfonso XII? Su señoría ha podido prestar esos servicios sin hacer sacrificio alguno; al partido constitucional le ha costado grandes sacrificios, y sacrificios de esos que estiman en mucho los partidos: por eso son más de agradecer los servicios que el partido constitucional con rara abnegación ha prestado.

¿A qué, pues, se le echa en cara la benevolencia que le ha tenido el Gobierno? Si le ha tenido alguna, sería en todo caso escasa correspondencia a los sacrificios que se ha impuesto con gran abnegación, con gran patriotismo. Por lo demás, si el Gobierno ha tenido esa benevolencia que tanto exagera, hemos correspondido a ella no oponiendo obstáculos y dificultades en el camino difícil que esta situación tenía que recorrer, y que nuestro concurso ha hecho fácil. Si benevolencia ha habido, pues, por parte de la situación para el partido constitucional, mayor y más costosa ha sido la del partido constitucional para la situación. [2806]



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